Pensamientos perdidos en el absoluto recuerdo de aquella persona, dolor que azota como tormentosa tempestad mi alma desolada.
Siento no haberme presentado, perdonad mis modales pero hacer tiempo que no recibia visita alguna.
Mi nombre es Arcangel, y soy un chaval de unos 20 años de edad aproximadamente y estas mis desdichas son pos de los recuerdos de mi mente perdidos de aquella joven.
¿Qué deseais saber mi historia?
Porque no, necesito desahogarme y vosotros podeis ser los oportunos.
Todo comenzo hace mucho tiempo en mi pueblo, de cuyo nombre no recuerdo en estos instantes.
Yo era aun un mozalbete de los de buen ver y algo decidido en el tema de los amorios. Pero un día mi vida cambio repentinamente por una joven de belleza singular.
¿Su nombre?
Creo que pedis demasiados datos para esta tortuosa mente que apenas recuerda en donde ha vivido durante casi toda su vida, pero sin embargo lo recuerdo y os lo diré.
Su nombre que aún resuena en el recuerdo de la carcel de mis pensamientos es Irene.
¡Oh Irene! Mi ángel, mi destello en las noches, mi sonrisa, mi vida, tantas cosas y ya ninguna que ¡Dios mio! soy penoso.
Bueno aunque me cueste reconocerlo y este cansado de esta asquerosa vida me abandono, tuvo que marcharse a donde ella siempre ha vivido y yo me quede sumido en la soledad de mi alcoba vacia, con recuerdos que aún me duelen.
¡Marchaos malditos! Por vosotros ahora devo tornar la cadena de acontecimientos de mi existencia a un doloroso final.
Muero por ella y para ella, anhelando estar en el recuerdo de su mente como quien más la ha querido nunca.