Te recuerdo, a veces, madre
con tus cabellos plateados
y esos surcos en tu cara
labrados por el pasado
que iban apareciendo,
día a día cincelados,
por una mano invisible
forjada de año en año.
Te recuerdo, a veces, madre
cuando, sentada a mi lado,
me mecías lentamente
y suavemente cantando
esperabas que un sueño dulce
me acogiera en su regazo.
Recuerdo que me decías:
- “Mi niño cuánto te amo”.
Y me envolvía el amor
que nacía de tu abrazo.
Te recuerdo, a veces, madre
junto a mi lecho llorando
y pidiendo a Dios ayuda,
con llanto desesperado,
Para este tu ser querido,
que marchaba de tu lado.
-“ Pero madre, que es normal,
que tu también te has casado.
Y llevaré tu recuerdo
en mi corazón grabado”.
Hoy también recuerdo, madre,
las veces que me has llamado
para decirme: - “Mi niño,
que de mi te has olvidado”.
-“ No madre, - te respondía -
¿cómo olvidar tus abrazos?
Siempre serás madrecita
mi apoyo desde el pasado,
mi sostén para el futuro
aunque me haya ya casado,
que como ama una madre
nadie hay que haya amado”.
Te recuerdo, a veces madre
cuando en silencio mirando
me decías tantas cosas...
... y las que te habrás callado,
para no causarme dolor
ni herirme con tus labios.
No se borran tus caricias
de aquellos primeros años
ni el amor que destilabas
cuando me hablabas despacio
y dabas tiernos consejos
aunque fuesen trasnochados.
Siempre te recuerdo madre
© Calvared 2006 ®