Te he esperado tanto tiempo.
que aveces pienso que no existes;
que tan solo eres un ser imaginario
forjado en mi mente
por ancias de un ideal imposible;
pero mi anhelo es tan grande
que mi esperanza no muere,
y sé que un día,
tu imagen etérea se hará realidad,
estarás ahí mirandome con esos ojos de cielo, como quien espera la llegada de una diosa,
y me dirás: ¡amor!
¡la luz de tu fe me ha guiado hacia ti!,
tu llamado de amor me ha hecho viajar
desde la eternidad,
donde no existe la realidad ni la fantasía, únicamente el deseo de una llamada,
una llamada de amor, fe y esperanza,
como en la que en ti he encontrado,
¡ven a mis brazos vida mía, también mi sueño se ha hecho relidad!