Yo quiero ser un hombre que viva, piense, sienta
y actúe en consonancia, al ritmo de su fe.
Amar y ser amado después de mis cincuenta
con el amor maduro que antaño nunca fue.
Mi lucha aún no acaba ni acaba mi energía
para encontrar respuestas a mis interrogantes.
Quizá, sin darme cuenta convivo en armonía
con la sabiduría de muchos ignorantes.
Entiendo muy poquito del alma de las cosas,
del cielo y las estrellas y de su creación.
Soy muy afortunado cuando las mariposas
hasta mis flores llegan sin más explicación.
Disfruto de las cosas sencillas y triviales,
aquellas que se ocultan al ojo de los sabios
y puedo, cuando llueve detrás de los cristales,
imaginar tus besos topando con mis labios.
Quizá tú me esperabas. Quizá también soñabas
en encontrarme un día a fuerza de esperar
No andabas muy errada porque conmigo estabas
como la luz al alba, como la ola al mar.
Para este caballero ya no hay interrogantes.
Ya sé de dónde vengo y a dónde voy. Lo sé.
Mis sueños, los de ahora, no son como los de antes.
Ahora nos queremos y siempre te amaré.
Heriberto Bravo Bravo SS.CC