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Categoría: Personales

Un cubito de hielo

Era una tarde en la que el calor era sofocante, un verano muy caluroso. Acababa de salir de la ducha, el pelo, aún mojado me caía sobre los hombros y la espalda. Fui hasta el congelador y cogí un cubito de hielo, lo mojé bajo el grifo de la cocina y empecé a pasearlo por mi frente, mojaba mis sienes, mi nuca con aquel trozo de agua congelada. Volví a mojarlo bajo el grifo, esta vez lo situé entre mis labios, necesitaba refrescarme de cualquier forma. Empecé a acariciarlo con mis labios, con mi lengua, bajando hasta la garganta, el cuello, de nuevo la nuca, volvía hacia la parte frontal de mi cuerpo, bajándo hasta mis hombros, mis pechos... el cubito de hielo comenzaba a derretirse por completo entre mis pechos. Lo cogí con una mano para derramar sobre mí las gotas de agua que se escurrían entre los dedos.
Me giré por un momento y allí estabas tú, observándo cómo cada gota de agua recorría mi cuerpo. Hace calor, te dije. Tú no respondiste, solo fuiste al congelador y cogiste otro cubito de hielo. de nuevo, la misma operación, lo mojaste bajo el grifo de la cocina y lentamente lo depositaste entre mis manos. Te seguí el juego. Seguí acariciándome, mi piel empezaba a refrescarse bajo aquel mar de caricias heladas, pero mi temperatura solo subía y subía.
Me quitaste el cubito de hielo, ahora te apetecía a tí pasarlo por tu cuerpo, eras tú el que quería sentir la suave caricia del hielo pasar por tu piel. Tus labios se mojaron al contacto del agua congelada, bajabas por tu cuello, tu nuca, tu pecho, tus pezones se erizaban al contacto, se tornaron duros, apetecibles, te volviste objeto de mi deseo.
Yo también quiero jugar, te susurré...
De nuevo otro cubito de hielo paseaba por mi cuerpo ahora desnudo, bajando por mi pecho, enredándose entre las curvas de mi anatomía, bajándo y bajando hasta llegar al lugar prohibido. Allí me dijiste que lo querías, querías seguir tú con el cubito de hielo, pero no, te sonreí y seguí jugando para tí.
Abro mis piernas, el cubito sigue entre mis manos, ahora se pasea por entre mis muslos, abro mis labios con este y sigo acariciándo entre leves gemidos que hacen aumentar nuestra excitación.
¿Lo quieres?, te digo... cógelo. Pero... ups... se coló dentro...
Sonríes pícaramente, sabes lo que quiero que hagas, así que metes tu cabeza entre mis muslos, te adentras en mi sexo con tu lengua, queriendo sacar el cubito de hielo. Tu lengua, recorre cada centímetro de mi deseo, haces aumentar mi excitación, me provocas el mayor placer y la mayor lujuria, quiero hacerte mil cosas, quiero besarte, quiero que estés dentro de mí, pero no me dejas, quieres que llegue al máximo placer entre tus labios, solo con las caricias que me proporciona tu lengua.
Mis manos se escapan buscando tu placer, pero no me dejas, ya llegará mi turno...
Consigues tu objetivo, haces que derrame todo mi placer entre tus caricias, entre tus labios, en tu boca. Me dejas tumbada, extasiada por el placer, pero no te vas muy lejos, enseguida tomo tu mano. Espera, te digo, ahora es mi turno.
Te tumbo sobre el sofá, voy a la cocina un momento, de nuevo otro cubito de hielo será el detonante.
Lo acerco hasta tu cuerpo, tus labios, tu lengua, bajo por tu garganta, te beso en el cuello, me encanta besarte, bajo hasta tu pecho, de nuevo tus pezones se tornan duros bajo la caricia del hielo. Mi lengua hace que recuperen su calor, y sigo bajando.
Bajo por tu vientre, me detengo unos segundos, pero bajo. Abres tus piernas, sabes adónde voy. Te sonrío maliciosamente, el cubito sigue entre mis manos pero sin dejar tu cuerpo en ningún momento. Bajo por una de tus caderas, me adentro entre tus muslos, y allí está tu miembro, erecto, apetecible, me gustaría besarlo, acariciarlo... entonces el cubito... comienza a deslizarse por tu sexo, mi lengua recorre el mismo camino. Apenas queda nada de hielo, pero sigue el juego.
Sitúo el cubito justo en la punta, en la cima de tu sexo, empiezo a acariciarla con el cubito, solo con el cubito, me pides más me pides que siga. Hoy no quiero hacerte sufrir. Mi boca se acerca a tí, abro mis labios y empiezo a lamer lentamente la zona más fría, donde ha estado el cubito. Levanto la vista un momento y allí estás, con los ojos cerrados, queriendo más y más. ¿Quieres mas?... pues más tendrás...
Casi sin darte tiempo a nada, adentro tu sexo en mi boca, lo rodeo con mis labios mientras lo acaricio con mi lengua, puedo oir tu placer, sabes que me excita oirte, cada vez más y mas rápido se intensifica tu placer, mis manos me ayudan a llevarte a la cumbre, dentro y fuera una y otra vez, tu miembro está mas duro que nunca, siento que te vas a...
Un gemido ahogado sale de tus labios, de tu garganta. Sigo lamiendo cada parte de tí, mi lengua sigue jugando con mis labios, por un momento tiemblas, tu cuerpo se estremece.
Vuelvo a tu boca, vuelvo a tus labios, te beso... solo nos queda aliento para eso.
Y todo, por un cubito de hielo...
Datos del Poema
  • Código: 264822
  • Fecha: 12 de Abril de 2006
  • Categoría: Personales
  • Media: 6.65
  • Votos: 133
  • Envios: 3
  • Lecturas: 2,802
  • Valoración:
Datos del Autor
Nombre: emc24
País: EspañaSexo: Femenino
Fecha de alta: 22 de Septiembre de 2005
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