Conclusión vital

sin indagar en el abismo
de mundos sin respuesta.
La vida está aquí, y ahora
en mi tarde,
en la tarea de siempre,
en los días que puedo rescatar
con la profundidad de un verso,
que diga todo eso
que vives a diario.
En este hijo mío
que me bebe el sentido de mi vida
y le doy el sentido de la mía.
En este amor de siempre
que despista el miedo a la muerte.
En ese corazón
que hace amigos
que son como tú y como yo.
En una sonrisa cotidiana
o en el instante de una lágrima. O en otras simples cosas que caben en esa taza
de ese café que sabe a gloria,
junto a unos labios
que respiran como tú.
En este suelo
que pisas con tus pies
que no te prestan.
En esa mirada
que llega hasta las nubes
formando piruetas.
En esas manos
que no tocan el cielo
pero toican.
En tantas sensaciones
que expresa el universo,
en la vida misma
y en un sexto sentido,
que no sepa romperlo. ***