Corrí sin sentido,
sin mirar donde colocaba los pies,
sin sentir el camino avanzado,
sin querer retroceder.
Corrí para alejarme de miedos,
miedos que no debía temer,
miedos a los que acompañaba
tu bello y dulce querer.
Corrí sin sentido,
corrí sin querer ver,
que las suelas se gastan
y poco o nada protegen ya mis pies.
Ahora con los pies doloridos,
ansioso de volverte a ver,
pisando las huellas marcadas,
voy en tu busca fatigado
para que cures mis pies.
Pero tarde es ya para retroceder,
muchas huellas están gastadas
y con ellas empiezo a comprender
que fue mucho el tiempo que dejé pasar
sin corresponder tu querer.
Hoy he dejado de retroceder,
no sé por cuanto tiempo,
pues me niego a creer
que nunca mas te vuelva a ver.