Y mi lengua cayo en tu piel, me estremesi con tu dulce miel, sature mi boca de sabor, ese es un beneficio a mi labor.
Bañe mis labios con tu nectar, tu frescura los humecto, hoy frescos de amor perfecto, tu humedad aun siento yo.
Y con eso no resisto el sacrificio,
tu auscencia no es mi vicio,
con pasion tu humedad acaricio,
hoy me comere o perdere el juicio.
Entonces remojo el pan en tu recuerdo,
me alimento y mis labios muerdo,
abrazo tu imagen fertil y tersa,
y la leche sin pan, cae en la mesa.
DRQCO