Imagen de la ausencia

Presencia jubilosa de la sangre
con el alegre ritmo de los sueños,
el dolor limitaba con el aire
acosado de absconditos recuerdos.
Nadie buscó la lluvia aquella tarde.
El sol brilló en la noche. Y un espejo
proyectó entre las sombras una imagen
de ausencia, de dolor y de misterio.
Cuán triste era el silencio del cadáver.
Era la gran protesta del tormento.
El mar enmudeció en su propio oleaje
con la serena espuma del secreto.
Su ausencia dióme el mensaje
con la risa cordial del compañero:
Se fue, sin presentirlo, en el carruaje
de la radio multífona del viento.
Bandera derrotada en duro duelo
frente a la brega cómplice del arte
de amar la comunión del universo
cuando la última cita llega tarde.
Los árboles lloraron en silencio
y se oyeron los cantos de las aves.
Era el fin del dramático comienzo
Christian se fue sin regresar del viaje.
La vida te sonrió cual una amante.
Fue más sensible el mármol sempiterno.
Tu batalla ardorosa sólo cabe
en la sombra y el mar y el pensamiento.
Las campanas y el vino en su lenguaje
contaron la distancia del regreso:
Un día llegaremos con coraje
rezando la oración del Padre Nuestro.
No habrá cambios: El fuego será fuego
y la muerte el cansancio de la carne.
Todos, por fin, veremos el encuentro.
José María Del Castillo
El Poeta
1980