Madre querida y bendita,
que vida y amor me dio, ¡eres tu mi madrecita!,
la que tanto me meció.
Aun recuerdo aquellos días,
que brindabas con placer
a la sombra del naranjo,
que atisbábamos crecer.
Recuerdos y más recuerdos,
que guardo en mi corazón,
los evoco con frecuencia
encontrando, la evasión.
Evasión en un pasado,
de resplandor y fulgor,
los recuerdos de mí antaño…
acopio, de mucho amor.
Me enseñaste con ternura,
los pasos de un caminar.
discernir, en la batalla.
que me tocaría lidiar.
Las noches de crudo invierno,
sentaditos frente al lar
narrabas un dulce cuento,
¡calladitos, va a empezar!.
Caperucita y su lobo.
el ogro y María Esther.
el príncipe y pulgarcito,
¡todas las quería aprender!.
Mil gracias te digo madre
lo siente mi palpitar,
aunque la vida nos mude.
¡Tú conmigo, has de reinar!.
26/01/2009.
Asun.