Permíteme tan solo...

Permíteme esta tarde tranquila de invierno
posar mi desvelo entre tus manos inquietas,
y allí recorrer la necesidad de un cierto
aroma de lirios sin ser descubierta.
Permíteme hablarte con frases de adolescente
u hombre que pierde la razón de su tiempo,
dejar asentado que al vivir tus presentes
parece dormirse el pasado en tus vientos.
Permíteme tan solo regalarte un recuerdo
que permanezca en tu alma vestida de rosa
y al abrigo imperfecto de un vago silencio
mirarte despacio como abrazando a una diosa.