Aunque ya era tarde, el sol aun lucia esplendoroso,
animado abrazo a mi amazona de cuerpo sensual.
En los dulces besos ya se entrega el amor clamoroso,
se funden los cuerpos deseosos en forma demencial.
Vergonzoso el sol, presurosamente se ha escondido.
las estrellas y la luna en el firmamento aparecen.
La luz del amor encandila, amarnos hemos decidido,
ya tengo entre mis manos las mejillas que apetecen.
Cae la noche, dos cuerpo vibran como teclas de piano,
hay gemidos, es el beso que muerde los labios ansiosos.
Recorre la zona los dedos, causa placer al ser humano,
el amor ya se expresa, sin palabra se declara dichoso.
La faena amorosa comenzó al caer la penumbra,
los dos cuerpos se han mezclado convertidos en uno,
también los cabellos revueltos con furia que deslumbra,
Vuelve el sol, se repite el amor hasta la hora del desayuno.
Autor: Alcibíades Noceda Medina
Inició al atardecer... Exquisitos versos los de su poema señor Noceda. Se deleita en detalles con delicadeza, sintiéndose el erotismo y la sensualidad del instante. Enhorabuena Mariel