La iniquidad del impío mi dice
al corazón: No hay temor de Dios
delante de sus ojos.
Se lisonjea, por tanto, en sus
propios ojos, de que su iniquidad
no será hallada y aborrecida.
Las palabras de su boca son
iniquidad y fraude; ha dejado
de ser cuerdo y de hacer el bien.
Medita maldad sobre su cama;
esta en camino no bueno,
el mal no aborrece.
Jehová, hasta los cielos llega tu
misericordia, y tu fidelidad
alcanza hasta las nubes.
Tu justicia es como los montes de
Dios, tus juicios, abismo grande.
Oh Jehová, al hombre y al
animal conservas.
¡Cuán preciosa, oh Dios,
es tu misericordia!
Por eso los hijos de los hombres se
amparan bajo la sombra de sus alas.
Serán completamente saciados de
la grosura de tu casa, y tú los
abrevarás del torrente de tus delicias.
Porque contigo está el manantial
de la vida; en tu luz veremos la luz.
Extiende tu misericordia a los que
te conocen, y tu justicia a los
rectos de corazón.
No venga pie de soberbia contra mí,
y mano de impíos no me mueva.
Allí cayeron los hacedores de iniquidad;
fueron derribados, y no
podrán levantarse. SALMOS 36