Cierro los ojos, te veo sin mirarte,
siento que mi piel tu calor necesita,
tu melena hallo en la brisa bendita,
duermo y más aun quiero tocarte.
Nuestra pasión no entiende razones,
disfrutando el momento estamos,
exhausto de amar nos abrazamos,
cual velero en la mar libre en pasiones.
Tal vez en el juego audaz me perdí
cuando tu boca por playa confundí
y, pretendo que seas siempre mi reina,
mientras cual naufrago hambriento
te cómo a besos, en consentimiento y ser la aura quién te despeina.
Autor: Alcibíades Noceda Medina