Esas palabras me hablan

Solo en la voz de los que nunca dicen nada

encontré la respuesta que sin querer buscaba.

Fueron sus ojos más que sus quebradas gargantas

porque el silencio es más cruel cuando te dice lo que pasa

y mas cruel es el vacío de esperanza de su cara.

Digo que no fueron palabras las que me mostraron el camino.

Palabras, palabras, palabras…

palabras de esas que te las espeta un hombre importantísimo

y después no sabes que hacer con ellas porque él ya se ha ido

y no guardan ni una pizca del perfume de su esencia.

Y te encuentras ahí, nuevamente solo

con otro puñado de bonitas palabras pero huecas.


No, me mostraron el camino los pies heridos

de otros hombres que anduvieron por la senda a la que aspiro.

Las cicatrices que zurcieron el alma

de los que se dan con ganas.

No las palabras como fachadas

tras las que ocultar terribles ausencias de esperanza.

Sino la palabra del que con cada letra se desangra…

¡Si! Esas palabras de los que hablan con las ojeras

y las arrugas de sus caras,

aunque suenen rudas son sencillas y cálidas.


Las palabras mudas del que de cansancio se le doblan las rodillas… pero anda.

¡Si! Esas palabras me hablan.