Música de fondo pones a mi humilde oda
rezas en voz muy baja románticamente,
la luz tenue colocándose en la ventana
es la luna, que con lucimiento se acomoda.
Tu dable partida, es mi intuición solamente,
sin embargo súbitamente cierras la persiana,
estamos los dos en medio de la oscuridad.
Sombras vacías se encuentran de repente,
tu juego inocente de alegrías nos llenó.
En mis manos habita un tesoro de verdad,
una inmensa esperanza alumbra mi mente
la penumbra del hogar, de amor se coronó.
Autor: Alcibíades Noceda Medina