Todo es luz en derredor,
encortinados de verdes hojas
desplegados ante mis ojos,
días de sol y suaves horas
de discreta plenitud.
Todo es de un azul celeste
en los telones de fondo,
plácidos amaneceres
y reflexión, por las noches,
bajo bóveda de estrellas,
en mi eterna juventud.
Todo es calma y alegría,
ausencia de preocupaciones
y un vago recuerdo amargo
de anterior esclavitud
en callejones sin salida;
ahora, secreta vereda
hacia el reino de la virtud.
Todo es quietud en mi huerto,
momentánea pausa y silencio;
intervalo de descanso
entre el tiempo desperdiciado
torpemente en el pasado,
y un nuevo horizonte dorado:
¡futuro en excelsitud!-
Eduardo Ritter Bonilla.
23-02-2007.