LOCURA DE AMOR A MARÍA

Oscuramente cual ladrón sombrío
Me acerqué a tu amistad y tu ternura;
Te venero María, en tu apostura,
Y entrego a tu cariño, mi albedrío.
Gozando tu pureza de rocío,
Con la blandura de la mariposa,
Que liba los estambres de la rosa,
Me volví de mi orgullo duro y frío.
Fui cobarde, más nunca reservado
Todo el ego, y orgullo impertinente,
Renuncié tan medroso, como osado.
No me valió el negarte impertinente
Y recuerdo mi rencor tan acremente,
Como invoco tu soplo perfumado.