Dueña de la noche.

El llegaba, ella dormia, en silencio lo esperaba, una caricia le dejaba y en sus brazos la tomaba, ella sabia y presentia que era el ama de sus besos, la mujer de sus embelesos.Se acercaba a su oido y dulcemente susurraba: Tranquila mi amor, tranquila, duermete mi niña, que soy yo mi vida, y ella le creia, hasta que un día descubrió que era todo una vil mentira. Esas caricias no eran solo de ella, era la dueña de la noche, pero ella del día, y todo el tiempo que no le daba, sintió que de ella se reia, y siempre el le decia tranquila mi amor, tranquila.Una noche el regresó, ella no dormia, cuando se acerco a abrazarlo tomó un puñal y puso fin a su vida, vinieron a buscarla, vive en las sombras desde aquel día, y en las noches de luna llena aun lo escucha todavía: Tranquila mi amor, duermete que soy yo, mi niña, y demasiado tarde descubrió que el no le mentia, y ya no vivia. Y un lamento desde aquella cárcel se oia:
La dueña de la noche así decia en una lenta agonia, esas caricias fueron solo mias, y las bonitas palabras que el siempre me decia, yo era la dueña de su vida y el ya no vivia, celos devoradores, todo fue un invento de mis fantasias, y una mañana alzando el vuelo como una golondrina errante me marche a buscarlo para estar juntos como el primer día, y al mirarme a los ojos me abrazo y me dijo: Tranquila, mi amor, tranquila.