No me vuelvas a buscar
ni pronuncies más mi nombre,
y si te dices un hombre,
compórtate como tal.
Evítame la vergûenza
de decirte lo que pienso,
ya he descubierto tu juego
y quisiera gritar al viento
de tu vil comportamiento.
Lograste casi de todo
lo que realmente buscabas,
me envolviste de tal modo
que seducida quedaba.
Ahora, no me arrepiento
de aquello que ya pasó,
me devolviste alegría
basándote en la traición.
Hoy, renuncio a este pecado
aunque quede en soledad,
aunque viva solo en gris
me alejo de tu maldad.
Danny08
11/11/2009