Sólo tú y yo conocemos lo que sentimos,
esa delicia de saberse en el corazón del otro,
la caricia que pasea las pieles y que vivimos,
el presente refugiado con pasos devotos.
Es que para amarse no existe tiempo,
el sentimiento trasciende todo lugar,
la ilusión señorea libre como viento,
y es omnipresente con sólo respirar.
Sólo tú y yo conocemos los detalles,
esa intimidad que permanece en el alba,
la soledad falsa al caminar solos en las calles,
el pasado que nos unió alma con alma.
No hay distancia ni queda ansia vacía,
sólo añoro en la sensualidad de la caricia;
Hay entre carne y alma conciliatoria porfía..
Pues ambas lo que sienten no olvidan.
Sólo tú y yo conocemos la amargura del adiós,
esa pesada losa que saquea la felicidad,
que sucumbe si no estamos juntos los dos
albergando a la existencia horas de tempestad.
Sólo Tú y Yo Amada mía entendemos,
cada mirada y la emoción al suspirar,
sufrimos inquietud si no nos vemos
y cada instante de ausencia es eternidad.
Sólo tú y yo conocemos el paraíso del amor
al anhelo de los besos que nos entregamos ayer,
echando de menos los pétalos, teniendo la flor,
porque conocemos el sabor dulce de su miel.
Sólo entre los dos sabemos vida mía,
la plácida beatitud de íntima caricia
y en la sublimidad de tu alma y la mía,
hacemos del amor nuestra primicia.
Sólo yo siento tu amor infinitamente cierto,
y tú conoces y presientes mi sentimiento fiel,
sólo tú y yo conocemos aquél firmamento
que ha cobijado cada centímetro de nuestra piel.
Sólo los dos compartimos nuestras ansias
y ese inagotable deseo que se eterniza.
Sólo Tú y Yo, aspiramos las fragancias,
de piel y cuerpo que dentro sublimiza.
Sólo tú y yo conocemos las quietas tristezas
que se aposentan en los recintos del corazón,
porque gritar al mundo esta sublime belleza
es imposible y por ello, conocemos del dolor.
Hemos sufrido también la crueldad del adiós
y de los impíos dolores de la despedida;
Pero también sabemos de la bondad del amor,
que mantiene incólume nuestra flama encendida.