-¿Que se yo por qué tu esencia
se engalana refulgente en la vida?
-¿Por la índole épica de tus ojos,
por un madrigal primero,
por las centellas que brotan
manantiales de encajes rojos….?
Todo tú, te adornas de puntillas,
te desnudas en tu voz que avienta;
y, en tus fibras coloridas,
haces huerto de amor y siestas
que va sembrando la vida.
Duerme mi pequeño niño.
Vive mi niño grande.
Salta, que brinca, que corre,
En los umbrales de la tarde.
-¿Que se yo por qué tu estado
en mi ánimo se arrima?
-¿Por expandir de mis auras
agostos, sístoles y tintas.
-Por descifrar tu dulzura,
fecundo placebo en lira?
Todo en ti, esencias de clementinas
que, en el huerto de la dicha
esparciendo va semillas
y en los campos de sequias
haces vegas coloridas.
Duerme mi pequeño niño.
Vive mi niño grande.
Salta, que brinca, que corre,
En los umbrales de la tarde.
-¿Que se yo por qué mi estado
a tu lado se ilumina?
-¿Por alumbrar en primicia
mi novedad primitiva
-Por querubin que a mi hado
da plenitud imprevista?
Todo tu, obsequio entre amnistías,
que innovando en la eficacia
arrebujas otros días,
con partículas de dulce brisa
entre lienzos de valentía.
Duerme mi pequeño niño.
Vive mi niño grande.
Salta, que brinca, que corre,
En los umbrales de la tarde.