Ay bendito se murió

Como dicen en mi Patria, ¡Ay bendito se murió!
...y yo te quise dar amor sin engaños ni mentiras,
y tú le tiraste piedras acabando con su vida;
a merced de tu maldad y tu maldita perfidia.
Ahora voy a sepultarlo, en una tumba especial,
con paredes transparentes, de algún lujoso cristal;
donde puedan observarlo todos los que se enamoran
sin escudar las mentiras, sin la distancia guardar.
¡Ay bendito se murió!, porque tú lo asesinaste,
y antes de ir a enterrarlo, yo lo quiero embalsamar;
con las caricias y besos que nunca te pude dar,
porque los amores necios así es que suelen parar.
En la lápida pondré, que falleció por tu culpa,
y aunque sé que no te gusta, así lo mencionaré.
Para despedir el duelo, yo mismo lo quiero hacer;
y diré ante los presentes con mis palabras sinceras:
-Este amor murió herido, herido por la mujer;
que tiróle como piedras, palabras sin buena fe.
Que le importó que sufriera y sintiera en su agonía,
la angustia que cada día lo hacia desaparecer-
¡Y mira! Tú no vas a estar presente,
y si por alguien te enteras de todo lo que hablaré;
me sobrarán las razones y sé que yo las tendré.
Mas allá en la lontananza, quizás otro amor te espera,
como al que se fue que llega; nuevamente a tu frontera.
Aqui yace, descanza en paz el que mataste,
que tan inerte quedó al saber que lo burlaste.
Se fue en silencio y voló cual paloma mensajera,
y en su rumbo sin retorno, se llevó toda su actitud sincera.
Te tengo que confesar, que antes de morir me dijo,
algo para que yo te dijera y ya lo tengo que hacer.
-Que te ame quien te ame, que te quiera quien te quiera,
que te sepas comportar, para que nadie te hiera-.