Ella será cual timón en mi barca,
mientras las olas sacudan con fuerza,
en la mirada se siente el arrojo,
su voluntad no se arrecia con nada.
Como una alondra que canta a la mar
y lleva el rumbo tan firme y en paz,
sobre las olas irradia su temple,
como linterna que alumbra el camino.
Por más que quiera cambiar el destino,
dos ojos verdes hechizan mi esencia,
sus suaves manos me acogen con gozo.
Excelsa lumbre, de fuerza y bondad,
cuanto he soñado vivir este sueño,
en largas tardes a orillas del mar.
Humberto Reyes H.