Cojo mi diario nuevamente,
Está lloviendo, y cae fuerte...
Mira la ventana, de frente,
Fija, muy fijamente,
Cojo mi pluma, y trazo...
Suave, muy suavemente...
Querido Diario:
- Hoy llora su sangre el cielo,
Se ahoga...
No encuentra consuelo...
Y yo le observo...
Muda, sorda, en silencio...
Y veo pasar el tiempo,
Y se acerca otra vez el momento,
Y si te digo que me importa,
Te miento...
Porque me da igual ya,
La distancia o el tiempo,
Porque no me oprime ya el vientre el miedo,
Al recordar una vez mas que cerca no te tengo...
Porque me da igual el mundo entero...
Porque me da igual el antaño burdo tormento...
Porque ni la anchura del mar,
Ni la fuerza del viento,
Podrán ocultar jamás,
El amor que por él yo siento...
Porque hoy fuí a un prado,
Y desafíe al cielo y al infierno,
Les grité que dejé de ser su esclava,
Que les odio, y no miento...
Que nunca han estado de mi parte,
Y que sí no existen para mi...
No seré yo quien exista para ellos...
Y voy a romper las reglas del juego,
Con mi elocuencia de acero,
Romperé la barrera que nos mantiene lejos...
Y tocaré entonces sus manos...
Sus labios... su pelo...
En los que encontraré mi consuelo,
Y cuando lo haga, querido diario...
Le diré cuanto le quiero... -
Os cierro una vez más,
Las páginas de mi diario,
Pero volveré a abrirlas,
Cuando vuelva a perder la razón,
Cuando necesite expresar
Los sentimientos de mi corazón...