Cada día es una aventura
llena de magia y misterio
y vale la pena vivirla
y disfrutar cada momento.
Cda día es un don divino,
un regalo de los cielos,
un nuevo y bello camino
para colmar tus anhelos;
un aire fresco y distinto
para respirar sin miedos,
para elevar la mirada
y, contemplando la alborada,
feliz ¡levantar el vuelo!
Cada día es un compromiso
para aprovechar tu tiempo
llenándolo de alegría,
construyendo tu armonía
con tu propio pensamiento;
no permitiendo que nada
te ensombrezca el sentimiento.
Las cosas desagradables
esquívalas con acierto;
las buenas, en tu memoria
guárdalas como un secreto
y, más adelante, recuerda
sólo lo bello y lo bueno
de cada día que has vivido,
abonando tu terreno
con un trabajo constante
y con un ánimo sereno.
Sólo los torpes se quejan
de mortal aburrimiento,
no dejes que la rutina
tome asiento en tu sendero,
comienza otro nuevo día
con un ánimo distinto:
más joven, audaz y fresco.
Renuévate, día con día,
y nunca te sentirás "viejo".
Busca en cada hora del día
realizar tus viejos sueños
y concibe, por la noche,
mientras te encuentras durmiendo,
otro sueño que mañana
realizarás con esmero.
¡Camina siempre adelante
y conduce, sabio, tu vida
sin que nada te lo impida
ni te aparte del sendero,
pues eres tú el almirante,
el osado navegante
que marca tu derrotero!-
Eduardo Ritter Bonilla.