La bella y el sapo...

Cuenta una vieja historia
Que ella era preciosa
Mimada por la naturaleza
Por su sin igual belleza
Cuentan los más viejos poetas
Que ella, aunque no era coqueta
Y aunque no había nacido princesa
Hacía palidecer a cualquier alteza...
Sus amores procuraron,
Tanto nobles como esclavos.
Desde impropios a letrados,
A sus pies caían encantados.
De un mirar muy profundo
Y con un aire de desgano
De un sortilegio absurdo
Que se creía pagano...
Sus ojos brillaban como luceros
Su boca, de pequeña provocación
De labios carnosos como la pulpa más jugosa
De cuello elegante, blanca y de gran distinción...
Pero ella vivía una triste situación...
(Y este cuento es muy sincero)
Triste, porque no conseguía un gesto bueno
Dentro de tanta admiración...
¡Cómo duele ser bella!
Solía decirse ella...
Y la tristeza no partía
Por mucho que ella quería...
Mientras más nobles veía
Más letrados le surgían
Los únicos que no la pedían
Eran los reos...y porque encerrados vivían...
Que si no...
Y una noche en su balcón
Mirando hacia las estrellas
Una de las fugaces vislumbró ella
Y pidió un deseo por tradición...
Pidió un esposo a aquella estrella
Uno con un gran corazón
Porque aunque ella fuera la más bella
él no tenía que ser un guapetón
Sólo debía amarla, tal como era ella...
Muñeca solitaria
Desconfiada como gacela...
Temerosa de que algún día
(Cuando ya no fuera tan bella)
Su marido la cambiara
Por una reluciente estrella...
Pero para la pequeña y fugaz estrella
Era su primera petición
Y no entendiendo lo que la princesa quería
Con un sapo a ella casó