Víctimas del divorcio

Que lástima me dan esos niños desamparados
que no son víctimas de la orfandad,
sino de padres desobligados.
Aquellos pequeños que llevan a cuestas el
peso del divorcio y el dolor punzante de
los gritos y del desamor ser testimonio.
Almas inocentes que solo quieren la atención
de sus padres, que absortos están negociando
porcentajes y propiedades.
Pobres padres que se olvidan de todos y todo
cuanto les rodea, pues es más importante el
ganar una querella.
Mientras tanto sus hijos viven tiempo compartido
entre los abuelos y tíos, sufriendo al ver que
otros tiene el hogar que ellos anhelan, un padre,
una madre, una familia completa.
Pero que egoístas somos al pensar de esta manera-
-Tal vez me equivoque, pero tengo el derecho a
tener una vida nueva-.
Mercedes del Pilar Reyna Camacho
mrc-29-03-09