Nada es posible

Para no olvidarte hago lo imposible,

buscándote en las noches vacías y oscuras;

mirando a la luna que se quedó distante

me pregunto si habrá de ti un poco en ella;

¿Cómo es posible? le digo al corazón

que no hay nada de ti que pueda arrancarme,

ni tu voz de ayer que me arrulla en el silencio,

ni tus ojos ausentes, motivos de mi esperanza.

Todo es imposible cuando a mi recuerdo llamas,

cuando algo me dice que en ti yo no he muerto,

cuando pienso si estarás sembrando en el huerto

y nuevamente deshojo los pétalos del deseo

en el lecho de siempre, donde anida la huella

de tu cuerpo vacío, de tu boca sedienta…

todo es posible en esta espera sin tiempo

menos el olvido que no nos deja atrás.

Aún cuando este destino nos halle separado

sabré que en un pueblo pequeño y mediterráneo,

en un huerto primaveral de olivos y almendros,

tu beso me dejarás cuando quiera soñarlo.

Todo es imposible para dejar de amarte,

en un rincón del corazón lo sabrás siempre,

aunque lo calle yo, aunque tú lo niegues

te lo dirá la luna cuando a tu ventana se acerque.

Amado, ya nada es posible entre nosotros,

solo el mismo verso que te dirá a veces

que la vida se hace larga cuando no vienes,

que todo desaparece menos tú en mi mente.

Llevo en la sangre y los huesos un otoño de versos

que junto a ti despiden a un púrpuro mayo,

deshojando entre mis labios un presagiado olvido

donde no viven los sueños, donde nada es posible.