EN BRAZOS DE LA SOLEDAD

En los brazos de la soledad me encuentro,

Un universo silente, un mundo sin eco.

El corazón susurra, busca algún consuelo,

Mas solo halla el eco de un alma sin anhelo.

En este mar de quietud, mis pensamientos naufragan,

Navegan sin rumbo, en la calma se desvanecen.

Las estrellas, testigos de mi travesía en solitario,

Me susurran secretos en su lenguaje milenario.

La noche abraza mi ser con su manto oscuro,

Me envuelve con sus sombras, su misterio puro.

Y en el eco de mis pasos perdidos en el viento,

Encuentro mi refugio, mi silente aliento.

¿Quién habita en esta isla de silencio y reflexión?

Es el eco de mi voz, la eterna compañía de mi canción.

En la profundidad de esta quietud, encuentro claridad,

Desnudo mi alma ante mí misma, sin temor a la verdad.

Aprendo en el silencio, en la soledad me elevo,

Descubro la fuerza que en la calma se desarrolla.

Es aquí donde florece la semilla del crecimiento,

Y me abrazo a mí misma, en este pleno cimiento.

La soledad no es penuria, sino una pausa necesaria,

Una oportunidad de encuentro con mi esencia solitaria.

En brazos de la soledad, me transformo y renazco,

Cierro los ojos, me abandono y al silencio me abrazo.

Autor: Ángel R. Anaya Puerta

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