Tarde negra
promiscua de lluvia,
lagrimas de cera
por mi grifa obscura,
y sin nadie cerca
siento que me arrulla,
una soledad pasiva
que me tritura.
Con el corazón
algo roto,
me desangro
poco a poco,
al ver que tu amor
se viste de luto,
dejándome solo
sin tu acojo.
Te miro suavemente
y siento tu adiós,
juega en mi mente
y me acerca a DIOS,
al querer mi muerte
por este dolor,
que tranquilamente
me deja sin voz.
Se que te iras
mañana o pronto,
y reirás
con algún otro,
que te abrazará
y hará el amor,
mientras yo
me haré polvo.