CEMENTERIO DE OLVIDO

Me vas llevando al camposanto,

a tu cementerio de olvido,

donde ya vas enterrando,

todo este amor vivido.

En medio de una tenebrosa noche,

de lluvias y de tormentas,

que con relámpagos de fuego

alumbran la procesión siniestra

donde tú, con tus garfios manos

mi recuerdo ya lo entierras.

Entre nenias que retiñen 

melodías espeluznantes, 

veo cadáveres andantes 

¿Serán espectros de la noche... 

o zombies delirantes? 

¡Sólo me veo agonizante 

en medio de la aterrorizante noche!

Vas enterrando mi vida, 

en las criptas del desprecio 

y con lápidas de silencio, 

vas sellando mis recuerdos. 

Todo aquello es un mausoleo 

de monstruos sin cabezas. 

¡Son espectros... calaveras

que unísonos van cantando 

la melodía escalofriante 

de un monocordio que desgarra

las nenias nupciales de la muerte!

En un cementerio de olvido, 

entre tumbas y cavernas, 

vas arrojando los sentimientos

de mi cuerpo que yace muerto. 

Arroja mi ternura al averno 

y en las catacumbas veo vagando

el amor que yo te ofrezco, 

y entre sus pasadizos yo encuentro

mi ilusión y mi esperanza... 

enredados entre telarañas 

y alcanzo a ver 

a los murciélagos que raspan

de mi cráneo... ya los sesos.

¡Ay, en tu cementerio de olvido, 

veo mis propias exequias que va pasando! 

y en tus criptas tenebrosas, 

mis recuerdos vas enterrando. 

¡Y mi cuerpo, al fin estas sellando... 

con tu lápida de silencio!

¡En medio de la noche mugrosa 

un relámpago centellea, 

y a lo lejos, un trueno canta... 

un réquiem, para un alma en pena!