LA DESCONOCIDA

Dijiste adiós y sonó ligero, minúsculo, ingrávido. 

Como si no hablases de detonar mi vida,

de extraer su médula,

de deshacer todas sus fibras, 

de perforar su sentido hasta dejarlo enfermo. 

Sonó hasta dulce,

como si dejar atrás nuestra historia, 

fuese cuestión de cambiar de disco, 

de saltar charcos.

Como si olvidarte fuera cosa de niños,

un juego revuelto que volvemos a empezar 

mirando al horizonte, 

en cualquier atardecer y en cualquier playa. 

Donde inventamos un nuevo pasado sin memoria ,

en el que nunca nos amamos, 

y un futuro para mí lleno de alegría porque no existes. 

Dijiste Adiós como si fuera todo, tan fácil... 

sin saber qué tu manifiesto de tan sólo una palabra,

me convertiría en invisible. 

Con un beso por mejilla, 

sellaste la distancia y me hiciste tu desconocida. 

Y mi corazón y tus recuerdos empezaron a dormir en habitaciones separadas... 

Y fue por esa época que me consagré como una insomne empedernida, 

una viciosa de empatar noches y madrugadas.

Tratando de sacar la metralla

Recoger el desastre 

Y respirar entre las cenizas

De todo lo que a medias dejaste.