Mis abuelos

Nota: Los puertorriqueños lectores de esta página podrían identificarse con este poema autobiográfico que contiene detalles de la isla de Puerto Rico. Para los lectores de otros países, que sirva como una estampa del amor puro y sincero de dos jóvenes de antaño. Lo que parecen ser errores ortográficos , son licencia poética y pertenecen al fraseo popular del jíbaro puertorriqueño.
Realmente yo no se cuándo
Pero se conocieron en el campo.
Un hombre que nació en Yauco
Y una jibarita de Utuado.
Voy a contar la historia
De mis abuelos sagrados
El origen de mi familia
A mí como me lo han contado.
Ella cuidaba sus hermanos
Él trabajaba con autos
Abuelo no tenía carro
Y al tiempo se enamoraron.
Abuelo viajaba en guagua
En Arecibo hacía parada
Subiendo por la carretera diez
Al encuentro con su amada mujer.
Los dos novios se casaron
Juntos vivieron los años
Hijos procrearon cuatro
Helga, Nilda, Carmen y Juano.
Mis abuelos con su ejemplo
Del matrimonio hicieron templo
Te lo juro, no te miento
Siempre yo los ví contentos.
Abuela cuidó a Manuela
Quien fuera a bien su suegra
Por sangre mi bisabuela
Allá por la vía paterna.
Me contaron que a esa casa
Parientes los visitaban.
El que iba “pa’ niuyores”
Con mi abuela se quedaba
Si en el intento regresaba.
Mi abuela iba al sagrario
Siempre a rezar el rosario
A Sergio y Quique ayudó
Mientras iban al seminario.
Abuela, mujer devota
Siempre con su devoción
Emprendió bien su misión
De dar valores a sus hijos
Y ya con el aval divino
Helga hizo votos castizos.
Así de esta manera
En Vietnam hubo una guerra
Juan partió para otras tierras
Abuela lo despidió con penas.
Carmen se había casado
Con Tomás y son mis padres
También hijos tuvieron cuatro
Fabián, Yadira, Janice y Tomaso.
Nilda siempre independiente
Siempre buena secretaria
De la milicia se hizo emisaria
Gran mujer extraordinaria
Todavía me parece ayer
Cuando nació mi prima Sybelle.
Pasé mi niñez con ellos
En la casa de Caparra
Con abuela sube y baja
Siempre pa’hacer los mandados
Cuando a pie bien nos marchabamos
A la plaza del mercado.
Abuela, mujer piadosa
De labor humanitaria
Esta mujer tan hermosa
Como estrella luminaria
Y su fe de visionaria
A todos daba perdones
Quedando en los corazones.
Así fue pasando el tiempo
Crecí con mis hermanos en juegos
Pero los mejores tiempos
Los pasamos en Puerto Nuevo
Nunca olvidaremos los muñecos
Que explotaban en año viejo.
Cuando se vendió aquella casa
Llegaron hasta Toa Baja
A una casa pequeñita
Con un palo ‘e pomarrosa.
Cuando en el ocaso los años
A la salud hicieron daño
Así lo quizo el destino
Que abuelo padeciera de olvido.
La familia con amor
A mi abuelo nos dedicamos
Como una familia unida
Y cuando ya fue dolor
Seguir aquí en esta vida
Lo besamos con alegría
Cuando partió a la otra vida.
Sola quedó mi abuelita
De noventa y dós la viejita
Ya camina encorvadita
Pero siempre estamos todos
Llenando de amor sus días
No ha habido día en que abuela
A mi abuelo no haya nombrado
Todavía recordando
Cuando en el campo se enamoraron.
Le dije a ella una vez:
-
Abuela, ¿cuál es el secreto Del amor que tú y abuelo Un día se profesaron En esos tiempos de antaño Y que por 68 años Tuvieron sin hacerce daño?-
Abuela me contestó: -Hablar claro y sin engaños
y nunca poner reparos.
A tu abuelo yo lo amé
Y por eso yo lo extraño-
070806
LRC
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