Del universo un resplandor
ella es
una flor
que junto a rosas
camina en una alfombra
de tulipanes.
Su sonrisa es una puerta
que conduce a la armonia,
sus ojos son espejos
donde se refleja
la esperanza,
sus labios son manjares
dignos de dioses terrenales
que invitan timidamente
a beber el néctar
del placer,
y en su piel...
hay tejidos de pétalos
de terciopelo,
su voz es un canto
vivo y melodioso
de natruraleza virginal.
Es Begonia una mujer
que me cobija de la tempestad
bajo sus inmensas pestañas,
cual palomas me dan vital oxígeno
que huele a libertad.
Begonia se enseñorea
victoriosa y segura
de su encanto,
transmite en su inocencia
la paz que busca un hombre
que lucha por la justicia
y la verdad.
Begonia es...,
una mujer con quien podemos
aprender a ser compañero
y amigo de tertulias diletantes,
que no consumen el intelecto
sino,
que logran fluir conexiones
neuronales.
Es ella el hálito de mis añoranzas
que dibuja mis gestos de felicidad.
Begonia...
no es un nombre
ni sólo una flor,
es una frase con sentido completo
porque en cada letra hay mil poros
y en cada una respira femineidad,
es palabra y canto que conduce
es dulzura que enternece
su silencio atrae con fuerza inusitada,
pensar en ella es:
soñar con el paraiso terrenal
lugar donde conviven el bien,
el pecado...
y el a m a r.