La fe del corazon

Ayer que conocía tan sólo tu sonrisa,
podía compararla con una bella flor.
Hoy sé que la acompaña la rosa más ufana,
la límpida azucena y un dulce ruiseñor
posándose en tu boca de acento mexicano
con tonos tan alegres que son de seducción.
El hecho de encontrarme contigo en el camino
forjó de cada nota, la más bella canción.
Hoy tengo la certeza de que eres en mi vida,
no sólo un sol naciente sino la convicción
de andar hacia lo eterno, siguiendo de tus huellas
la luz que determina la fe del corazón.