Ni con todo el oro del mundo

Hay una orden que del cielo viene
para llevarla en vida o dejarla herida
para ganarse el cielo o ver el infierno
pero al Padre eterno sin ver el leño
Se que al final de esta vida inerte
ni todo el mundo nos dará el sueño
de ver en el resplandor del cielo
al Cristo que por años nos ha visto el duelo
Dos caras grandes tiene el destino
la más tierna y bella parece un niño
la otra me da miedo y con asco perdido
más parece un nido de un diablo intrometido
No se puede tener en las manos
lo bueno y lo malo que pueda encontrar
porque no se puede servirle a dos amos
durante los años que tu puedas pecar