Al pespuntear el sol anunciando el alba, se alza el calido mar... se agita..
bañado de luz...bordado de gaviotas
y en sus entrañas palpita de vida cada gotas.
Las azules olas, escapar parecieran afanosas, impulsando hacia arriba su blanca espuma... más no pueden,
ya que vuelven a ser cautivas, en la profundidad salada
del corazón marino, sin salida.
El cielo, la rocas, la tibia arena son testigos mudos de su cadena, de su imposible anhelo, de huir... huir
ya que cada gotas,
en su huida ,queda sepultada en la arena.
Y en las noches solitarias, cuando duerme la humanidad entera, se escucha su triste canto...su rumor..
su eterna espera. Y aunque la azul inmensidad, está cubierta de estrellas, sola la luna, allá en la distancia
siente ese dolor y con amor, inunda de luz , el oscuro corazón en ansia, y se queda en su compañia
hasta que vuelve el sol.
En ese eterno esperar, pasa así la vida ,del caracol,
del coral y del caballito de mar.