LA FOTO DE C A R M E L A

Cuando he visto la foto

he sentido algo muy grande.

Que aunque los recuerdos son remotos,

conmigo tuvo detalles

como tan sólo puedan tenerlos

una buena hermana o una buena madre.

Allí en la Granja Agrícola,

yo era el botones; el niño de los recados.

Ella era funcionaria

y por demás, una mujer muy respetada;

y a la vista de todos, era ella quien mandaba.

  Con el tiempo me fue dando cariño y confianza.

Me mandaba a los recados

que muy generosamente,

sin tener el porqué, a mí me los pagaba.

Y como si fuera de la familia

con su hermana y sobrinas

a la playa me llevaba.

También me llevaba a Sevilla

cuando iba a visitar a su hermana.

A veces solo con ella. Otras,

su hermano Pepe(pichaca) nos acompañaba.

Y mientras ella quedaba

en el piso con su hermana,

yo paseaba por Sevilla

y Sevilla me encantaba.

Pero me hice mayorcito

y de botones no encajaba.

Y así nos despedimos

en una triste mañana.

Pero conmigo llevaba el poso

del cariño y la amistad

de una mujer sencilla

y aquilatada en la bondad.