Quédate...
en las reminiscencias
de los pétalos dormidos,
en la voz, que huele
a tu cuerpo en mis oídos,
en el viento
donde tus musas me llegan,
en la denudez
cuando te enfrentas conmigo,
en el grito sagrado que queda,
a partir del instante
en que somos uno...y no he mentido!
Quédate...
avasallante en mi piel tan tuya,
vesitda de encajes
que elucubran artesanías,
en mis manos que te desnudan
sin tocar la seda de tu geografía,
en los momentos que mas te necesito,
en el apuro de aquel beso sin mañanas,
en el pubis de ángel que está inscripto
en mis otros calendarios que te llaman,
Quédate..
vagando en mis esferas
en la palidez de un gris
que rie y que te evoca,
porque amor...si por mi fuera!
haría que te quedes
desnuda...y en mi boca.