Toma; aquí tienes mi alma hada madrina,
por el fuego del amor traigo rengo,
del bastón virtual aún me sostengo.
Líbrame diosa, apesta la sentina.
Mi senda vara mágica ilumina,
tu piedad ahora es todo lo tengo,
la paga será mi alma que retengo.
Este harapo por tu gracia aun camina.
Tu gran clemencia al cielo me conduce
llegar ante posible ahora quiero,
con tu varita muéstrame la puerta.
Tenerte cerca un placer me produce,
en el edén, contigo me libero,
el goce divino mi alma despierta.
El señor de los fierros
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