Hubo silencio en la noche,
la orquesta dejó de tocar,
y el final ha sido un broche,
que no se puede olvidar.
Hay tormentas que devoran,
Ilusiones que se pierden,
juegos a toda hora,
que algunos labios mienten.
Los recuerdos que nos llegan,
se conectan al pasado,
pero si abrimos la puerta,
puede que no esté preparado.
Paradojas del destino,
analogías que a veces,
no encuentran el camino,
y la palabra envejece.
La estupidez de los hombres,
va más allá de sus ojos,
y se oscurece la noche,
transformándolo en despojos.
Elsa Fariña
21/02/04