En tus manos cuelga mi fantasía.

Toda la noche llueves, todo el día abres mi pecho,
Con tus dedos de agua, cierras mis ojos.
Con tu boca de agua, sobre mis huesos llueves,
En mi pecho camino a tientas por tus corrientes.
Del tiempo y subo y bajo sus peldaños.
Para llegar donde quiero, ya desnudos en el lecho,
Nuestra intimidad es eterna, nos bebemos esta pasión,
De un solo trago, percibo tu fuego y respiras mi aliento,
Llevándolas a tu cintura, bajado hasta la caderas,
En tus manos cuelga mi fantasía, donde tu sonrisa,
Es invitación a un viaje libido.
Donde deposito la ilusión de tu cuerpo entrelazado.
Que se detenga el tiempo qué no hay segundos para pensar.
Tomo en tu boca la miel, tierna flor de primavera,
que quiero vencer al tiempo, a la disputa del amor,
que sólo hay una vida y la mía se pierde en tu cuerpo.
Como el misterio azul de tu cielo.
Tu mirada me regala el infinito anhelo de tus entrañas.
Y tus pliegues eróticos se graban en lo claro de mí mente.
Recorro sigiloso tus valles y montañas,
Tus empinados volcanes y la vasta llanura,
Que me conduce hasta el monte más profundo;
Aquel santuario de placer y de pecado.
Mucho te conozco, pero te estoy sintiendo.
Sigo en la conquista de aquel mundo escondido.
Suspiro por tener tu aliento y tus caricias,
Ya sé que puedes exhalar un suspiro o un quejido,
En el momento cuando baje a tus vertientes cálidas,
Mientras recorremos nuestros cuerpos, nos conocemos con las manos
Cerramos los ojos y volamos como el viento, una música.
Desconocida nos ayudan a llevarnos más fácil, a este encuentro.
En nuestras mentes no existe pecado, solo pensamos en amor.
En deseo, mientras nos satisfacemos en este encuentro.