Siento en mi corazón cuando pienso en ti,
que aunque estas muy lejos de mí,
yo siento que estas tan cerca,
que quiero llegarte a tener a mi lado,
quedarme siempre junto a ti,
poder enredarme a tu piel como,
la hiedra se enreda a la pared,
quiero poder quemarme de amor y
pasión en tus brazos,
quiero nadar en tu cuerpo y
ahogarme en tu jugosos labios. 
A veces quiero poder escribir, 
un bonito poema de amor, 
en cualquier lugar que me encuentre y 
nada importante puedo escribir en él, 
porque solo me acuerdo de ti cariño.
De ese maravilloso aroma que desprendía, 
tu delicado y bello cuerpo desnudo, 
que me extasiaba cada momento
que estaba a tu lado, que te amaba, 
en tu suspirar y que lograba 
elevarme al séptimo cielo. 
Casi me siento como el dios del amor,
que llega hasta lo más hondo del corazón.
Me voy muriendo poco a poco,
en mis años de soledad y angustia,
tus bellos ojos son dos magos pensativos,
dos esfinges de amor que,
duermen en la sombra,
dos delicados enigmas muy bellos. 
Tal vez tenga que esperar que vuelvas a mí, 
pero ese delicioso y dulce aroma tuyo,  seguirá siempre en mi mente y en mi ser.
No lloraré más, pero sí que guardaré  esas lágrimas para enjugar mis ojos y 
tu rostro, ese día que volvamos a estar los 
dos juntos de nuevo. 
Las amargas lágrimas de mis ojos y 
el delicioso aroma de tu cuerpo desnudo, 
olvidarán la distancia que ha existido y 
dejare las huellas de mis manos y 
mis besos sobre tu cuerpo desnudo, 
volverá nuestro amor a unirse con el viento, 
pero ahora será para toda la vida.
Pero hay algo, algo más bello aún:
¡tu deliciosa boca!