La Leyenda De Un Cóndor

Cuenta la leyenda que existió una bella mujer que caminaba por la montaña y los bosques del lugar, acompañada por lobos que protegian a la doncella a todos lados donde ella iba.

 

Un día la joven quiso entrar a un manantial para nadar y llegar hasta una cascada de agua, las horas pasaban mientras ella era feliz jugando debajo de la cascada, sin darse cuenta que en lo alto de un risco,  alguien observaba su belleza.

 

Los únicos que notaron su presencia, fueron los lobos, que al ver al joven tan lejos, se quedaron tranquilos sabiendo que su doncella no corría peligro. La joven mujer, todos los días de gran calor, iba a su manantial y cubría su escultural cuerpo bajo las aguas cristalinas de la laguna.

 

El apuesto caballero quería acercarse a la bella dama, pero temía que los lobos lo atacaran. Aunque fue tanto su interés por ella,  que arriesgó su vida y rogó a los Dioses de poder llegar hasta ella.

 

Los lobos percibieron su cercanía, estaban alertas y con movimientos de inquietud estaban advirtiendo a la joven del peligro. Ella miró hacia donde estaban puestos los ojos de sus lobos y dejó sumergido su cuerpo en el agua para no ser vista.

Lentamente el joven mientras se iba acortando el camino hacia el manantial, muy suavemente comenzó a comunicarse con voz pacífica a los lobos y sin miedo siguió adelante hasta quedar frente a ella, solo la miraba con amor y no se movió.

 

Los lobos tampoco lo atacaron, pues presintieron que ese hombre traía buenas intenciones, solo un joven atrevido a ignorar el peligro, hizo que los lobos confiaran en él. La bella mujer pidió al joven diera vuelta su rostro, que ella debía salir del agua y vestirse,

él parecía hipnotizado, entonces los lobos lo cercaron tocando su cuerpo para que mirara a otro lado.

 

Cuando ella cubrió su cuerpo, le preguntó al joven hombre, que estaba haciéndo por esos lares, fue cuando él le confesó que la estuvo observando de lejos cada vez que ella iba al manantial. Desde ese día comenzó un hermoso romance entre amistad y amor, aún ni ellos lo sabían, solo los lobos presintieron que su ama,  había encontrado el amor de su vida, inmediatamente aceptaron al valiente y apuesto caballero.

 

La familia se había agrandado, ahora eran ella, él y los lobos, siempre unidos. Su amor fue tan grande que cada vez que se encontraban, el sol brillaba, los pájaritos cantaban, las flores se veían tan hermosas, que su fragancia impregnaba todo el lugar, los rios acariciaban al viento con su melodía y el bosque embellecía la vista con su verde a todos los habitantes que vivian en la comarca.

 

Un día la joven y los lobos estaban inquietos, con temor, porque su gran amor estaba muy pálido y un mal presentimiento corrió por todo el cuerpo de ella y los lobos comenzaron aullar su triste melodía, el cielo se oscureció de pronto, el sol había sido tapado por grandes alas que cubrieron su brillo, las flores perdieron su perfume, los pájaritos dejaron de cantar y la doncella comenzó a llorar suplicando a Dios que no la dejara sola sin su amor.

 

Fue cuando miró al cielo y notó que un Cóndor sus alas extendió y volaba sobre ella, de repente se le estrujó el corazón a la preciosa doncella y supo desde ese instante, que Dios a su amor le regresó para no dejarla sola, la doncella sintió dentro de su alma que esa bella ave que volaba a su alrededor convertida en un Cóndor, era su gran amor y feliz corrió junto a sus lobos detrás del ave.

 

La manada se dió cuenta que su amigo se había convertido en un Cóndor surcando los cielos, el ave,  demostrando su amor, jugueteba con ellos  volando al ras de sus cuerpos y antes de partir, acariciaba los cabellos de su doncella, luego volvía a elevarse abrazando el paraiso allá en lo alto, mientras con su canto llenaba los oídos de su amada, aunque para siempre iba ser el Cóndor que desde lo más alto, besaría y cuidaría todos los días a su amor eterno.

 

Guerrera

20/09/2017