La gente suele confiar en mí,
me cuentan sus historias,
esas cosas de "no se lo digas a nadie",
y yo cierro el pico,
doy mi opinión,
y sigo con lo mío
La gente suele esperar el consejo,
esas palabras que más tarde le darán lo mismo,
al final todos acabamos haciendo lo que nos da la gana,
solo queremos ser oídos.
A veces es gente que apenas conozco,
a veces gente que conozco de sobra,
tengo casi un imán,
y la verdad es que no me importa
yo escucho lo que sea necesario,
a veces callado,
a veces entre risas,
a veces incluso borracho,
mis oidos son tuyos,
a veces no sé que decir,
y otras tengo las palabras exactas,
todo depende del ánimo.
Y no se me da mal hablar si me pongo,
de cuando en cuando veo todo claro,
la niebla desaparece de mi visión,
me olvido de mí,
me centro en eso y nada más,
un par de vueltas al coco
y ahí va mi discurso,
luego harás lo que quieras con él.
Inspiro confianza,
aunque desconozco por qué,
quizá sea mi cara,
o mi carácter,
o simplemente que es cierto que pueden confiar en mí,
intuirán que no voy a juzgarlos excesivamente,
deben intuir que estoy más desequilibrado que ellos,
puede que sepan que si quiero puedo llegar a entenderlos.
Quien sabe,
lo mismo un día me convierto en el viejo sabio de esta aldea. . .