Se encontraba un elefantito de paseo en el bosque, feliz de caminar recargado de una gran telaraña decidió descansar. Quien habitaba tal telaraña, a su patita se acercó y de una sola mordida su ponzoña le inyecto. En llanto el elefantito comenzó a llamar ¡tuuu, tuuu!, con su trompita llama a su mamá. Mira una gran roncha roja en tu patita esta, le dijo al elefantito su mamá. Sí, fue la araña quien mi patita mordió y su ponzoña inyecto, ahora me siento mal, dolor y escozor en mi patita hay. ¡Mal, muy mal araña del bosque!, la mama elefanta asintió y baba de caracol aplico en la ronchita roja de la patita de su hijo menor. Y así vieron una gran roncha roja convertirse en ronchita y desinflamar la patita. El elefantito ahora puede caminar de regreso a la laguna con su mamá y los elefantes de la manada que les esperan para cenar. Este es el fin.