Soneto al lamento tarde

Cual lámpara alma mía iluminaste
la fresca madrugada es fiel testigo,
como un niño consideré tu abrigo,
a tu amabilidad me acostumbraste.
Sentí angustia el día que no llegaste
hasta que por el fono tu voz oigo
diciéndome; ya no cuentes conmigo,
sin darme ni un segundo me colgaste.
Llego y se fue contigo tu gran amor,
tu precioso tiempo no da para más
tu lumbre me apagaste de repente.
Quizás piensas que no te daba valor
te amo mas que a nadie, no dije jamás
hoy lejos, grito a tu amor ausente.
Autor: Alcibíades Noceda Medina