Veinte primaveras
de colores, de alegrías y esperanzas
se complacen con todos sus rosales,
para gritarle al viento
que se cumplan tus deseos.
Las flores suspiran cuando pasas
con tu carga de entusiasmo
que despierta ese jardín
blindado de sueños juveniles,
señoriales y risueños.
Cada pétalo que se abre,
es una oportunidad muy tuya,
por eso siente la radiante primavera
con el saludo de la aurora
que despierta tus mañanas.
Tus veinte primaveras,
mamá linda,
representan veinte estrellas
más brillantes que la luz,
como el fuego y como el mar,
que sonríen a la vida
con la ternura delicada de un niño
pensativo de tus veinte primaveras. Laureano Marcano N.