A un poeta le acusaron, le persiguieron,
Lo violaron, le cortaron lo testículos, encarcelaron.
Le torturaron, le juzgaron, le condenaron,
¿Le preguntaron eres poetas?, ¡no escribo verso!
¡A muerte lo condenaron y le ejecutaron!
¿Que delito cometió?
¡Lo único qué no supo ver fue el brillo!
¡Del roció en la hierba!
¡De la puerta de su casa!
Y nunca lo dijo en sus poesías,
Que amaba a una judía,
Lo condenaron tanto que borro sus poesías.
Si no encuentro a dios en el prójimo,
Que es lo mas cerca que tengo,
Por tanto miedo no lo crucificaron.
Lo mataron en el mismo verso del rincón
Es una pérdida de tiempo, escribir al aire,
Usa las ideas las palabras y las dos manos.
Cada poeta es dueño de sus versos, y lo utilizas,
Las beses que le den en ganas, si no ralla la fonética.
Si tienes el poder de criticar, se puede tener conciencia,
Cristo, sabe lo que hay dentro de cada hombre, sólo él lo sabe,
Analizas tu propia vida, practica tu religión si quieres beneficios,
De Jesús, la ley del hombre es vivir y dejar vivir,
No matar las ideas, deja que cada cual, muera con su error.
Ayuda no destruya, acuérdate que la tuya, viene en camino,
Para juzgar están los poetas, para decirte que los poetas famosos,
Lo han hecho los poetas como nosotros, que compramos sus libros,
Que leemos sus poesías, y le damos el valor de seguir escribiendo.
Yo te aconsejo que compre una escoba y barra tu propia puerta,
Nunca una envidia ha podido destruir una poesía,
Te han hecho mucho ruido y tú el sordo,
El corazón en paz vive muchas horas más.
El mejor remedio para la ira es escribir versos,
Tu miedo de morir olvidado sin ser poeta ocasiona,
Más sufrimiento que la muerte,
Te deseo un pronto recuperación de tu ira.